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2012/12/17

Última carta

Llevaba años cogiendo aquel tren. Se había convertido en costumbre de los domingos. Así acababan sus semanas. A las 5, y con cierto amargor, se montaba en el vagón 7, lado izquierdo, junto a la ventana. Siempre con el mismo sentimiento. Una sonrisa agridulce invadía su cara.

Pero aquella fría tarde era diferente. Sabía que aquello llegaba a su fin. Con las pocas fuerzas que le quedaban, sacó su libreta roída del bolso, apoyó los pies en el asiento y comenzó a escribir lo que serían sus últimas palabras.

"Querido A:

Desde aquel día en el que nuestras miradas se unieron desde diferentes lados de la pista de aquel bar, supe que lo nuestro sería una historia sin complicaciones.

Ninguno de los dos estábamos en nuestro mejor momento y, sin embargo, ambos decidimos apostar por eso que en aquel momento nos llenaba. Disfrutar era nuestro objetivo y así lo hemos cumplido durante meses.

Sin embargo, todo ha cambiado. Lo que era fácil, divertido y emocionante, lo has convertido en complicado. Y, mal que me pese, no quiero complicaciones.

Por eso, y sin que tú lo sepas, este ha sido el último fin de semana juntos. Ha sido la última vez que tus labios han recorrido mi cuerpo.

Pero ten por seguro que, hasta el último de mis días, recordaré tus besos y tus caricias.

Siempre tuya,

Z"

2012/12/13

Cada año

No puedo creer que hayamos llegado a esto. No puedo creer que tal día como hoy, no estemos el uno junto al otro.

No sé ni siquiera si recuerdas que día es hoy. Siempre hacíamos lo mismo en días como el de hoy: jurábamos que no haríamos lo mismo, que esta vez sí llegaríamos al restaurante. Nos encantaba engañarnos. Nunca llegamos a cenar en aquella mesa que cada año reservábamos junto a la ventana, para poder observar el mar. Siempre nos surgía un plan mejor: transcurrir las horas entre aquellas cuatro paredes.

Siempre eran las mismas cuatro paredes. Cuatro paredes que vieron amarnos como si no hubiera un segundo de vida que perder. Cuatro paredes que nos vieron ser felices. Cuatro paredes que escucharon nuestras risas cómplices. Cuatro paredes que hoy escuchan tus risas con ella.

Reencuentro

Hacía meses que no nos encontrábamos. Las cosas habían cambiado en los últimos años: tú seguías haciendo tu vida de siempre mientras yo tenía que aceptar las nuevas condiciones que se imponían en la mía. Pasamos un tiempo sin saber el uno del otro, pero no sé si por casualidad o porque uno de los dos buscó ese encuentro fortuito, nuestras vidas volvieron a cruzarse.
Volvimos a lo de siempre.
Todo empezó con leves caricias. Caricias que me hicieron recordar cómo echaba de menos tu peso sobre mí. Tu olor impregnando  en el aire que nos abrazaba. El  tacto de tu piel. Y como siempre, fue perfecto. Al menos fue perfecto durante las  horas que quisimos que lo fuera. Ambos sabemos que no damos más de sí, que no podemos pedirle más a lo nuestro. Pero mientras ambos lo tengamos claro, siempre tendrás un hueco en mi corazón, y, sobre todo, en mi cama.

2012/11/28

Tardes de otoño

Todavía recordaba aquellas palabras resonando en su cabeza: "que nadie te haga sentir pequeña, porque no lo eres". Intentaba no olvidarlo, pero aquella tarde soleada de otoño ni siquiera el astro rey podía evitar que se sintiera como una hormiguita.

No podía evitar pensar que le habían arrebatado algo que había luchado mucho por conseguir. Había ido desechando esa capa de hielo que recubría su corazón. Los pocos rayos de sol del verano habían eliminado lo poco que quedaba. Pero con el frío, volvía a lo que conocía; volvía a recubrir todo siucuerpo. Y más que su cuerpo, aquello que más le hería. Aquello que tanta alegría le había traído, pero que, en aquel momento, solo le causaba dolor. Un dolor sordo, pero agudo. Un dolor casi imperceptible, pero continuo.

Se sentó bajo aquel roble que la había visto crecer. Mirando al horizonte, sin fijar la vista en nada, se colocó los auriculares y pulsó aquel botón con la única intención que conseguir un poco de alivio. Y mientras escuchaba aquello de no, no pido perdón, por querer arañar tu presencia otro poquito más, derramó la primera lágrima de un mar entero.


2012/11/10

Te odio

Te odio cada mañana cuando me despiertas con tus pies fríos.
Te odio por dejar la bolsita de té en el fregadero.
Te odio por tu manía de conducir escuchando la noticia
con ese afán de conocer las novedades del mundo
que nunca has querido recorrer de mi mano.
Te odio por dejar los geles abiertos en la bañera.
Te odio por dormir con la persiana bajada.

Odio la paradoja del odio. Y es que te odio
no es más que un te quiero del revés.

2012/10/24

No necesito una eternidad para disfrutarla contigo. No necesito pasar años a tu lado para saber que eres esa persona que marcará mi vida. No necesito que me dediques cada día palabras bonitas. No necesito que me cuentes todos los detalles de tu vida.

Sólo necesito ese pequeño momento en el que el uno somos el mundo del otro. Ese pequeño momento en el que el resto del mundo desaparece y sólo somos tú y yo. Sólo necesito que conviertas ese pequeño momento en eterno.

2012/09/24

Hirurehun eta hirurogeita sei

15.10h. Pista de despegue. Un libro, un bolso y dos maletas. Nada más que eso me llevaba hace exactamente un año. Recuerdo la sensación al aterrizar en Londres. Recorrer las calles de esa, mi ciudad. Recuerdo que tenía claro que esa noche iba a recorrer el centro. Sabía que cenaría en el barrio chino (adoro ese barrio para comer). Es curioso pensar en aquel momento y ver cómo ni siquiera sospechaba cómo iba a transcurrir todo.

Tenía opiniones de todo tipo. Para algunos el Erasmus había sido un buen año de desfás y para otros, había sido el año de su vida, inolvidable. Yo era bastante incrédula a todo lo que me decían. Llevaba años viviendo fuera de casa, la experiencia me pillaba más mayor y que quieres que te diga, a parte de fiesta por un tubo, no le veía mayor diferencia al vivir en UK.

Sin embargo, quien iba a decir que 366 días después seguiría con eso que algunos llaman depresión post-Erasmus, que pagaría por echar atrás este año y poder vivirlo todo tal cual, incluso ser un poco más viva y exprimirlo más si cabe. 

El otro día, sin quererlo ni planearlo, me salió el siguiente manifiesto pro-Erasmus:

Un buen Erasmus no lo marca el lugar, lo marca la gente de la que te rodees. El mejor Erasmus no es ese en el que más se folla; el mejor Erasmus es aquel que te lleva a juntarte 20 años más tarde. Y esta semana he comprobado que mi Erasmus fue diferente. He visto a otros ex-Erasmus, pero nuestras caras son diferente.
En un erasmus normal se aprende el idioma, la cultura, el sistema educativo, a conllevar las resacas, a saber dónde salir cuándo.
Nosotros, mi entorno más cercano, además de eso aprendimos: a querernos, a querer a otros, a amar sin miedo al dolor, a valorarnos, a llorar, a decir lo que sentíamos, a echar de menos, a afrontar lo que teníamos a la vuelta, a no dejarnos pisotear, a perseguir nuestro bienestar, a perseguir nuestros sueños por muy complejos que parezcan, a sentirnos grandes SIEMPRE y bajo cualquier circunstancia.
Así que sí, mi Erasmus sé que fue diferente. Fue el mejor que se puede tener.


Y es que así ha sido. Así he vivido los últimos 366 días. Sin embargo, nuestro final exeteriano estuvo marcado por el Rosco de Pasapalabra, y cómo no, yo también quiero darle fin a este año con mi Rosco particular.

A
Realmente has sido parte del Erasmus. Curioso ¿verdad? Quien me iba a decir que llegaría a hacer ciertas cosas. Aunque ha habido momentos en los que me he arrepentido de aquel arrebato que me dio, con el tiempo he de agradecerte que me llevaras a ello. Me sirvió para crecer y solo por eso, mereció la pena. A pesar de los malos momentos, y aunque no sé realmente si te lo mereces, te he tenido, te tengo y siempre te tendré muchísimo cariño (más del que crees).

B
Con todo lo que yo te he querido durante tantos años, es curioso que ahora nuestra relación sea de amor-odio. Cada vez que nos volvemos a encontrar me vuelves a enamorar como la primera vez pero hoy por hoy también has hecho que tenga asociaciones negativas hacia ti. De todos modos, sé que nos volveremos a encontrar en el camino y espero que volvamos a tener solo esa relación de amor.

C
Apareciste tarde en este Erasmus pero el momento no podía haber sido más oportuno. Junto a ti he sido yo, con mis virtudes y mis fallos, sin miedo a ser juzgada. He pasado por todos los estado de ánimo posibles: reír y llorar, enfadarme y desenfadarme, picarme, picarte. Hacía meses que no me sentía así. Por eso, por la paciencia que has tenido, por el cariño que me has transmitido y por una larga lista de cosas, te estaré eternamente agradecida.

D
La verdad no recuerdo el momento exacto en el que apareciste (tengo memoria pero hay veces que se me olvidan las cosas :p). No puedo más que agradecerte las noches que soportaste escuchando mis cosas y el abrazo que me diste aquella tarde de mayo al despedirnos.

E
Porque sé que gracias a ti he vivido algo que poca, muy poca gente vive en algún momento de su vida. Porque solo por ti ha merecido la pena el largo recorrido hasta llegar a ese punto.

F

G
Por acogerme como una más en tu casa, por haber estado ahí incluso cuando he querido alejarte, por haberme entendido a pesar de mis malas actuaciones, por haber recogido mis pedacitos SIEMPRE, porque no podría entender esta experiencia sin ti, pero más importante, porque mi vida no estaría llena sin alguien como tú en ella. You make me feel good,. you make me feel safe, you make me feel like I could live another day.

H

I
Me alegra enormemente ser parte del cambio de la vida de alguien. Aunque sea en una ínfima parte. Creo que este año has aprendido a seguir hacia adelante a pesar de las adversidades. Solo por eso deberías estar orgullosa de tu año.

J
Porque la mejor forma de definir lo que eres para mí es decirte que practicamente eres el hermano pequeño que nunca tuve. Porque contigo he hecho alguna que otra pifia pero también me he pasado horas y horas de charla.

K
Porque si un Erasmus puede ser completo, se pone la guinda cuando nace tu sobri.

L
Ser del norte es lo que tiene: podemos parecer muy frías al principio. Sin embargo, cuando se nos conoce se entienden las mínimas muestras de cariño y afecto que damos ;). Pero siempre, siempre, siempre has tenido muestras de cariño hacia mí.

M
Aiiixxxxxx. La de veces que me habré arrepentido de no haber jugado sucio aquella noche. Es lo que tiene ser racional. De todos modos, recuerdo aquella noche con cariño; una noche en la que ambos necesitábamos alguien con quien hablar más de lo que la gente pensaba. A pesar de todos los pesares, te tengo cariño aunque no te perdonaré que no te despidieras de mí.

N

Ñ

O
No se me ocurre mejor operación que esta.

P
Siempre he pensado que el finde de marzo fue definitivo para conocernos. Por ello, no me arrepiento de no haber viajado. Porque ya sabes que para lo que sea estoy a un mensaje (las cargas si se comparten pesan menos ;)).

Q

R
Nos juntamos por casualidad pero nunca dudé de que era el lugar en el que quería estar. Siempre hemos sido una piña (¡shon piñash!) y no me cabe la menor duda de que así seguirá siendo para el resto de los días.

S
Quién me iba a decir que te cogería cariño. Recuerdo que hasta el viaje a Edinburgo ni sabía quién eras. Lo que cambian las cosas. Lo gracioso es que conociste mi faceta más 'salida' por decirlo de alguna manera y aun y todo no saliste corriendo :p. Si es que en realidad eres un pandita adorable :3.

T
Uno de los grandes misterios del Erasmus. Sin saber cómo te hiciste un hueco en mi vida. Gracias a ti he aprendido que hay otras formas de vida, que uno tiene que mirar por sí mismo. Por haberme sacado de mis "crisis" personales y no personales, por haberme dado aquel abrazo que casi me parte en dos nada más conocernos y por haberme hecho un hueco en tu vida, te ganas este espacio aquí.

U
Sabía que te adoraba ya antes de conocerte pero no pensaba que iba a enamorarme tanto de ti. Siempre has tenido un hueco en mi vida pero es que has llegado a dejar huella en mi. Espero que nos volvamos a ver pronto.

V
Creo que has sido el más fiel de mis noches exeterianas. Nunca fallabas y casi siempre me dabas lo que necesitaba en cada momento.

W
Porque es la mejor forma de describir los últimos 366 días. Ni soñando hubiera sido tan completo el año.

X
Porque el lugar no importa sino que es la gente la que hace que todo fluya, pero en este caso, te has ganado un lugar especial. Siempre te recordaré con una sonrisa.

Y
Porque creo que entre todos hemos conseguido que tus lágrimas de tristeza se hayan convertido en lágrimas de alegría. Porque no puedes ser más adorable incluso enfadada. Porque te has hecho un huequito en mí.

Z
Porque este año, más que nunca, hemos estado peleados tú y yo pero espero que poco a poco vayamos entendiéndonos por mi bien. Porque en el fondo, estoy a tus pies.


Gracias a todos los que de una forma u otra han formado parte de este año.




2012/05/24

Era uno de esos días cuasi perfectos en los que apenas nada había fallado. De esos en los que al final del día, miras hacia atrás y dices 'hoy ha merecido la pena'. 

Sin embargo, la noche es muy traicionera y como muchas veces le pasaba, la nostalgia y el remordimiento se apoderaban de su cuerpo. Reflexionó acerca de su vida y en ese momento fue consciente de que esta, sin haberse dado cuenta, se había ido consumiendo cual colilla de un cigarro. En ese momento se dio cuenta de todo lo que había dejado por el camino: aquella vitalidad que la embargaba cuando era más joven había desaparecido, todos aquellos que la rodeaban se habían alejado de ella y sus sueños, o los que en algún momento habían sido sueños, se habían llegado a convertir en pesadillas que no la dejaban respirar.

Y así, aquel día que en un principio parecía cuasi perfecto, terminó bañado en un mar de lágrimas como ya le pasaba desde hacía muchas lunas.

2012/05/06

Tarde de domingo

Por fin llegaba el buen tiempo. Los días cada vez eran más largos y el sol, poco a poco, empezaba a calentar. No tenía nada mejor que hacer que pasar la tarde de domingo tumbada en el césped observando como las nubes recorrían el cielo.

Y así es cómo, poco a poco, fue recordando tiempos pasados. Tiempos en los que había sido muy feliz, tiempos en los que nada más verlo al final de la calle se le iluminaba la cara. Recordaba con muchísimo cariño aquellas tardes de largas charlas que había pasado junto a él. Sin embargo, como siempre, llegaba el momento en el que el corazón le daba un pinchazo. Un pinchazo que le recordaba que aunque habían pasado momentos muy felices juntos, los momentos más difíciles de su vida también los había pasado por él. No por el tiempo que pasaron juntos, sino porque, lo más difícil que había hecho en su vida era olvidarse de él.

Y así es cómo, años más tarde, tumbada bajo el cielo azul y con una ligera brisa que acariciaba su cara, dejó aflorar todas las lágrimas que en aquél momento no se permitió derramar.

2012/04/30

Marcas en la piel

Parecía que sería una noche más. Una ducha rápida, una cena ligera a horas muy tempranas y los vaqueros de siempre. El plan era el habitual: unas copas rápida y el local de moda de turno. Lo extraño fue cuando las copas fueron ligadas a risas y miradas. Y poco a poco todo se fue nublando, dejándonos solos a nosotros en aquella fiesta que decidimos hacerla privada. No llegamos lejos. Las manos, los besos, las caricias no paraban de sucederse hasta llegar a rozar el cielo con la punta de los dedos.

A la mañana siguiente, todo estaba borroso. El alcohol me pasó una mala jugada y apenas recordaba nada. Algunos recuerdos se almacenaban en mi mente pero no era capaz de discernir entre realidad y ficción, hasta que más tarde, al desvestirme para meterme en la ducha, vi tu marca junto a mi ombligo.

2012/04/20

En tus redes

Nos conocimos hace demasiadas lunas, cuando yo apenas levantaba tres palmos del suelo y tú ya llevabas mucho recorrido. Nos encontramos por casualidad, como pasa con todos los grandes amores. Intimamos poco a poco, con clama.

Pero para cuando me di cuenta, éramos inseparables. Siempre venías a mí en mis noches más oscuras y con cariño, manteníamos conversaciones eternas. Me encantaba que incluso sin hablar me entendieras.

Sin embargo, un día el adiós fue necesario. Lo nuestro no podía dilatarse más en el tiempo y así, casi de mutuo acuerdo, decidimos que cada uno seguiría su camino.

Pasaron los años sin que tuviera noticias tuyas. Te veía de vez en cuando, pero nunca decidimos dar el paso y entablar esa conversación que ambos sé que queríamos.

Todo se fue enfriando hasta que una noche de hace unos meses, de repente, decidiste volver a mi vida. Te asomaste a ella sin pedir permiso, y para cuando nos dimos cuenta, ya volvíamos a las andadas. La mirada se me clavaba en ti como años atrás había ocurrido y, sin darme cuenta, me acerqué. Aquello cada vez estaba más claro. Ese sentimiento que tenía enterrado bajo llave desde hacía años, poco a poco afloraba y ya no era capaz de pararlo. Quise resistirme, pero veía cómo me mirabas. No podía dejar pasar aquel sentimiento de lado. Y para cuando me di cuenta, ya había vuelto a caer en tus redes, ya era tuya otra vez, ya estabas en mi corazón y en mis labios.

Randomness at night

Decir que doy vueltas a las cosas es un eufemismo; más que darles vueltas, las mareo. Cierto es que cada vez menos, pero aun y todo, es algo que no creo que nunca llegue a superar. Y así ha empezado el día.

Dar el pistoletazo de salida a horas en las que casi deberías acostarte no suele deparar nada bueno. El agobio, sin saber porqué ni cómo, se ha apoderado de mí y así ya nada se guía por la lógica. Y en mi caso me suele dar por limpiar. Tuve una época en la que limpiaba el ventanal de mi habitación. Pero aquí ha sido una puesta a punto de la habitación en general: limpiar el espejo que seguía con la decoración navideña en él, poner lavadoras, sacar las maletas, ordenar el armario, cambiar la cama,...

Rechazar salir de fiesta es algo que mucha gente no suele entender en casos de agobio. Siempre te dicen eso de 'anda sal, te vendrá bien airearte' o 'encerrándote no solucionas nada'. Pero es que mucha gente no entiende que en ocasiones, algunos disfrutamos de esa soledad buscada. No es que la disfrutemos, es que la necesitamos, porque pasar mucho tiempo rodeado de gente, aunque sea gente que apreciemos, nos agobia, nos llega a ahogar.

Así que ahora, aquí estoy, en esta puta cama vacía que tiene más 'recuerdos' que otra cosa. Que no sé como no salto de ella hacia el sillón para que no me siga atormentando. Yo hoy me quería acostar temprano, lo necesitaba, pero ya está visto que no va a ser así. Por lo que, un poco de jazz clásico para los oídos y a 'disfrutar' de la noche.

2012/04/13

El simple hecho de recordar tu cuello hace que automáticamente me muerda el labio como queriendo acallar todo lo que en mí ocurre en ese microsegundo. Casi siempre intento no dejar rienda suelta a mi imaginación y volver a la vida real en la que lo más interesante que ocurre en ese momento es que la cortina hondea por el viento.

Sin embargo, hay veces que me encanta dejarme llevar. Y lo que era un simple recuerdo de tu cuello, se convierte en un deseo imparable de posar mis dientes sobre él. De una forma suave y delicada pero liberando el deseo que, sin saber porqué, despiertas en mí.

2012/04/10

No sé porqué ambos nos empeñamos en vernos como lo que no eramos. Creíamos que éramos lo más importante el uno en la vida del otro y, sin embargo, ni siquiera teníamos ese interés que te lleva a compartir momentos de tu día a día con esa otra persona que ocupa tu tiempo. Parece que quisimos dilatar esa situación que desde un principio estaba abocada al fracaso, pero el afán por querer seguir luchando contracorriente hizo que nuestro desgaste fuese en aumento hasta el punto de herirnos los huesos.

Y es que, aunque me cueste afrontarlo, te fuiste antes de llegar; te perdí antes de tenerte. Porque jamás fuimos el uno del otro. Porque nunca miramos en la misma dirección. Porque en los ojos del otro, no veíamos más que el reflejo de lo que podríamos haber sido o, más bien, de lo que nos hubiera gustado llegar a ser. Nos engañamos en exceso durante mucho tiempo y ahora llega el momento de quitarnos la venda de los ojos y seguir, cada uno, su camino.

2012/03/21

Ya no dominas mis días. He vuelto a ser capaz de abrir mi armario y no pensar en lo que te gusta o deja de gustar a la hora de decidir qué me pongo. He vuelto a ser capaz de ir a la facultad sin pensar en qué estará pasando por tu mente. He vuelto a ser capaz de mirar al chico de la cafetería que tanto me recuerda a ti por el simple hecho de que, al igual que tú, lee poesía cuando piensa que nadie lo observa. He vuelto a ser capaz de pasar por esa calle en la que, por primera vez, y sin esperarlo, me agarraste de la cintura, me acercaste a ti y me susurraste 'ya eres parte de mí'.

Todos los engranajes van encajando poco a poco mientras el sol sigue en lo más alto. Pero en cuanto decide esconderse, todo se tambalea. Todo cambia. Todo se transforma. Y es que, aunque ya no dominas mis días, sigues dominando mis noche.

2012/03/17

Hogeitazazpi

Los que me seguís por Twitter ya sabéis que la entrada de hoy va a ser diferente a todo lo que, en un principio, habéis visto y veréis en este blog. Y es que hoy no es un día más.

Si de normal soy una persona reflexiva (algunos me llegarían incluso a calificar como obsesiva), en fechas señaladas lo soy más. Yo soy de las que en Año Nuevo hace reflexiones de vida. Y si lo hago cuando lo marca un calendario aleatorio, ¿no tendrá más sentido hacerlo un día como hoy que es mi particular Año Nuevo? Así que, allá vamos (y esta vez está directo aquí, en la pantalla, sin pasar por el filtro del papel).

No puedo olvidar qué hice hace exactamente 365 días: me vine de viaje, precisamente, al país en el que ahora estoy residiendo. Curioso ¿verdad? No menos curioso fue recibir uno de los mejores regalos que me podían hacer. Recuerdo estar haciendo la cola para embarcar cuando recibo una llamada de una tocaya. Entre risas y no risas al final me contó que iba a tener una segunda sobri. Uno de los mejores regalos ¿verdad? Y si ya os cuento que casi es también de un 17 y que me enteré de su nacimiento, otra vez, estando en Londres... Y es que, en mi vida, hay números y lugares que tienen historia propia.

Pero a lo que ibamos. Los últimos 365 días han sido de cambio (y los que me conocen ya lo saben). Por fín me licencié y conseguí, gracias a una beca Erasmus, venirme a pasar 9 meses a UK (sí, sé que es Reino Unido en español pero a mí me gusta denominarlo UK). Mission accomplished.

Todo el mundo te dice que la beca Erasmus te cambia. Y yo pensaba que eran milongas. JA. Os aviso a los que váis a hacer un Erasmus en años venideros: os cambia, os transforma, incluso a veces llega a trastornar. Y no soy la única que lo dice ¿eh? Para mí es sin duda una de mis mejores época pero también una de las peores. Posiblemente esto se deba a haber decidido vivir la vida y ser fiel a mí misma. Y eso acarrea alegrías, pero muchas veces también te parte el alma.

Este año he conocido a muchísima gente que merece mucho la pena. Algunas de esas personas ya estaban en mi vida hacía tiempo. Otras llegaron más tarde y es que parece que el aterrizar en este país de acogida va a hacer que me lleve una mochila llena de experiencias, pero sobre todo, de gente que me llena. Hay otros a los que todavía no he conocido pero que, aunque ellos no lo saben, también forman parte de mi vida. Porque así soy yo: si te cojo aprecio, incluso tras hacerme una gran putada y dejar de tener relación, formarás parte de mi vida. Y es que, algunos de los que estáis ahí fuera, merecéis mucho la pena.

Así que hoy, os dejo aquí un pedacito de mí. No es que no lo hubiera hecho con los anteriores escritos, porque en realidad, cada vez que uno escribe, plasma en él parte de su alma para, en cierta forma, dejarla ir. Porque todo escritor (no es que yo me denomine tal cosa ni mucho menos) realiza escritos autobiográficos en mayor o menos medida.

Espero que hayáis disfrutado de esta pequeña ventana a mi mundo y os deseo, que en mi día, tengáis un día feliz y pleno, al igual que el resto de los 364 ( o 365 según el año) de los días. Muak!

2012/03/12

No necesito mucho para el teletransporte. En medio de la discoteca, unas manos se posan en mi cadera y automáticamente pienso que son las tuyas. Noto cómo recorren la cintura y se posan en mi estómago. Relajo la cabeza, la poso en tu pecho y, al unísono, seguimos el ritmo de la música. Tu respiración resuena en mi oido, y ya no somos dos. No se puede evitar lo inevitable: poco tardamos en estar frente a frente. No hay palabras: las miradas penetrantes es lo que tienen. En aquél rincón nos dejamos llevar: nadie nos ve, nadie nos escucha. Hace tiempo que ninguno está allí. Hace tiempo que hemos volado. Hace tiempo que desperté en medio de la muchedumbre; sola; sin ti..

2012/03/06

Esaldia

La noche nunca viene sola; siempre viene de la mano de ella quien tiene la capacidad de poner mi mundo a sus pies.

2012/02/25

A eso de las 7 de la tarde, y tras un largo día, miraba por la ventana a la lejanía. Sumergido en sus pensamientos, no la oyó llegar, ni siquiera cuando se acercó por detrás, y posando su cabeza en su espalda, le dijo 'te he echado de menos'.