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2013/04/23

Para ti, mi Moreno. vol I.

Lo sé. Lo sé. No es sano que vuelva a hablar contigo. Todo el mundo me lo dice. Pero ¿qué quieres que haga? No puedo evitarlo. Eras mi punto de apoyo y sigues siéndolo. No puedo evitarlo.

Sé que ya ha pasado tiempo desde que te marchaste, pero me cuesta asimilarlo. Ya lo sabes: cuando algo se me mete entre ceja y ceja...me cuesta dejarlo marchar. Así que ¿no pensarías, de verdad, que tú ibas a ser una excepción no?

Desde que te fuiste he reflexionado mucho y hay dos cosas que hacen que tu marcha cueste tanto. Una, el no haber sabido que aquella vez iba a ser la última vez que íbamos a hablar. Si lo hubiera sabido... la verdad es que no sé qué hubiera sido de aquella conversación si lo hubiera sabido. Se me han quedado demasiadas cosas en el tintero que me hubiera gustado decirte. Por eso sigo recurriendo a estas conversaciones ficticias contigo cada vez que las necesito. Me permito el lujo de hablarle a un muerto, sí. De locos. Pero ya te lo dije: nunca he dicho que estuviera muy cuerda.

Sin embargo, creo que lo que más me pesa de tu marcha es el saber que me mentiste a la cara y que yo, aun sabiendo en el momento que era una mentira, dejé que me la dijeras y me la creí. Te culpo a ti cada día por haberme mentido. Por haberme hecho esa falsa promesa con tanta facilidad, sin casi pestañear si quiera. Pero más me culpo a mí por haberla interiorizado. Por haberte dejado hacerme eso.

Te quiero y te odio a partes iguales. Te llevaste parte de mí contigo. Y eso, ni siquiera la muerte, puede cambiarlo. Aquí seguiré, por siempre, a la espera de tu regreso.

Siempre tuya,

Tu Morena


2013/01/25

Abrazos

Llevaba días sin dormir, sin descansar. No sabía que era lo que le impedía poder recuperar fuerzas por la noche. Tal vez era el simple hecho de que el frío le llegara hasta los huesos. Pero parecía que había algo más. Cada noche se repetía el ritual de mirar el reloj cada cierto tiempo y realizar el cálculo de las horas que le quedaban para empezar el día.

Hasta que finalmente, a finales de semana, a eso de las 5 de la mañana se dio cuenta de qué era lo que fallaba. Ya lo tenía. Ya sabía lo que perturbaba su sueño.

Era aquel último abrazado. Aquél último abrazo triste, sin sentimiento, frío. Aquel último abrazo la estaba martirizando. Estaba consumiendo lo poco humano que quedaba de ella.

Así que aquella fría y lluviosa noche de invierno, decidió que volvería a dormir. Decidió que volvería al origen de todo. Acurrucada entre las sábanas, cerró los ojos y empezó a recordar aquel abrazo. Pero no el último abrazo frío, vacío de sentimiento. No. Empezó a recordar aquel primer abrazo. Espontáneo. Cálido. Lleno de cariño. Lleno de palabras no dichas. Lleno, en definitiva, de amor. Porque aquel primer abrazo, estaba lleno de ella.

Y así, por primera vez en varias noches, consiguió conciliar el sueño luciendo una bonita sonrisa. Una sonrisa que sólo le pertenecía a él. '

2012/12/17

Última carta

Llevaba años cogiendo aquel tren. Se había convertido en costumbre de los domingos. Así acababan sus semanas. A las 5, y con cierto amargor, se montaba en el vagón 7, lado izquierdo, junto a la ventana. Siempre con el mismo sentimiento. Una sonrisa agridulce invadía su cara.

Pero aquella fría tarde era diferente. Sabía que aquello llegaba a su fin. Con las pocas fuerzas que le quedaban, sacó su libreta roída del bolso, apoyó los pies en el asiento y comenzó a escribir lo que serían sus últimas palabras.

"Querido A:

Desde aquel día en el que nuestras miradas se unieron desde diferentes lados de la pista de aquel bar, supe que lo nuestro sería una historia sin complicaciones.

Ninguno de los dos estábamos en nuestro mejor momento y, sin embargo, ambos decidimos apostar por eso que en aquel momento nos llenaba. Disfrutar era nuestro objetivo y así lo hemos cumplido durante meses.

Sin embargo, todo ha cambiado. Lo que era fácil, divertido y emocionante, lo has convertido en complicado. Y, mal que me pese, no quiero complicaciones.

Por eso, y sin que tú lo sepas, este ha sido el último fin de semana juntos. Ha sido la última vez que tus labios han recorrido mi cuerpo.

Pero ten por seguro que, hasta el último de mis días, recordaré tus besos y tus caricias.

Siempre tuya,

Z"

2012/12/13

Cada año

No puedo creer que hayamos llegado a esto. No puedo creer que tal día como hoy, no estemos el uno junto al otro.

No sé ni siquiera si recuerdas que día es hoy. Siempre hacíamos lo mismo en días como el de hoy: jurábamos que no haríamos lo mismo, que esta vez sí llegaríamos al restaurante. Nos encantaba engañarnos. Nunca llegamos a cenar en aquella mesa que cada año reservábamos junto a la ventana, para poder observar el mar. Siempre nos surgía un plan mejor: transcurrir las horas entre aquellas cuatro paredes.

Siempre eran las mismas cuatro paredes. Cuatro paredes que vieron amarnos como si no hubiera un segundo de vida que perder. Cuatro paredes que nos vieron ser felices. Cuatro paredes que escucharon nuestras risas cómplices. Cuatro paredes que hoy escuchan tus risas con ella.

Reencuentro

Hacía meses que no nos encontrábamos. Las cosas habían cambiado en los últimos años: tú seguías haciendo tu vida de siempre mientras yo tenía que aceptar las nuevas condiciones que se imponían en la mía. Pasamos un tiempo sin saber el uno del otro, pero no sé si por casualidad o porque uno de los dos buscó ese encuentro fortuito, nuestras vidas volvieron a cruzarse.
Volvimos a lo de siempre.
Todo empezó con leves caricias. Caricias que me hicieron recordar cómo echaba de menos tu peso sobre mí. Tu olor impregnando  en el aire que nos abrazaba. El  tacto de tu piel. Y como siempre, fue perfecto. Al menos fue perfecto durante las  horas que quisimos que lo fuera. Ambos sabemos que no damos más de sí, que no podemos pedirle más a lo nuestro. Pero mientras ambos lo tengamos claro, siempre tendrás un hueco en mi corazón, y, sobre todo, en mi cama.

2012/11/28

Tardes de otoño

Todavía recordaba aquellas palabras resonando en su cabeza: "que nadie te haga sentir pequeña, porque no lo eres". Intentaba no olvidarlo, pero aquella tarde soleada de otoño ni siquiera el astro rey podía evitar que se sintiera como una hormiguita.

No podía evitar pensar que le habían arrebatado algo que había luchado mucho por conseguir. Había ido desechando esa capa de hielo que recubría su corazón. Los pocos rayos de sol del verano habían eliminado lo poco que quedaba. Pero con el frío, volvía a lo que conocía; volvía a recubrir todo siucuerpo. Y más que su cuerpo, aquello que más le hería. Aquello que tanta alegría le había traído, pero que, en aquel momento, solo le causaba dolor. Un dolor sordo, pero agudo. Un dolor casi imperceptible, pero continuo.

Se sentó bajo aquel roble que la había visto crecer. Mirando al horizonte, sin fijar la vista en nada, se colocó los auriculares y pulsó aquel botón con la única intención que conseguir un poco de alivio. Y mientras escuchaba aquello de no, no pido perdón, por querer arañar tu presencia otro poquito más, derramó la primera lágrima de un mar entero.


2012/11/10

Te odio

Te odio cada mañana cuando me despiertas con tus pies fríos.
Te odio por dejar la bolsita de té en el fregadero.
Te odio por tu manía de conducir escuchando la noticia
con ese afán de conocer las novedades del mundo
que nunca has querido recorrer de mi mano.
Te odio por dejar los geles abiertos en la bañera.
Te odio por dormir con la persiana bajada.

Odio la paradoja del odio. Y es que te odio
no es más que un te quiero del revés.

2012/10/24

No necesito una eternidad para disfrutarla contigo. No necesito pasar años a tu lado para saber que eres esa persona que marcará mi vida. No necesito que me dediques cada día palabras bonitas. No necesito que me cuentes todos los detalles de tu vida.

Sólo necesito ese pequeño momento en el que el uno somos el mundo del otro. Ese pequeño momento en el que el resto del mundo desaparece y sólo somos tú y yo. Sólo necesito que conviertas ese pequeño momento en eterno.

2012/09/24

Hirurehun eta hirurogeita sei

15.10h. Pista de despegue. Un libro, un bolso y dos maletas. Nada más que eso me llevaba hace exactamente un año. Recuerdo la sensación al aterrizar en Londres. Recorrer las calles de esa, mi ciudad. Recuerdo que tenía claro que esa noche iba a recorrer el centro. Sabía que cenaría en el barrio chino (adoro ese barrio para comer). Es curioso pensar en aquel momento y ver cómo ni siquiera sospechaba cómo iba a transcurrir todo.

Tenía opiniones de todo tipo. Para algunos el Erasmus había sido un buen año de desfás y para otros, había sido el año de su vida, inolvidable. Yo era bastante incrédula a todo lo que me decían. Llevaba años viviendo fuera de casa, la experiencia me pillaba más mayor y que quieres que te diga, a parte de fiesta por un tubo, no le veía mayor diferencia al vivir en UK.

Sin embargo, quien iba a decir que 366 días después seguiría con eso que algunos llaman depresión post-Erasmus, que pagaría por echar atrás este año y poder vivirlo todo tal cual, incluso ser un poco más viva y exprimirlo más si cabe. 

El otro día, sin quererlo ni planearlo, me salió el siguiente manifiesto pro-Erasmus:

Un buen Erasmus no lo marca el lugar, lo marca la gente de la que te rodees. El mejor Erasmus no es ese en el que más se folla; el mejor Erasmus es aquel que te lleva a juntarte 20 años más tarde. Y esta semana he comprobado que mi Erasmus fue diferente. He visto a otros ex-Erasmus, pero nuestras caras son diferente.
En un erasmus normal se aprende el idioma, la cultura, el sistema educativo, a conllevar las resacas, a saber dónde salir cuándo.
Nosotros, mi entorno más cercano, además de eso aprendimos: a querernos, a querer a otros, a amar sin miedo al dolor, a valorarnos, a llorar, a decir lo que sentíamos, a echar de menos, a afrontar lo que teníamos a la vuelta, a no dejarnos pisotear, a perseguir nuestro bienestar, a perseguir nuestros sueños por muy complejos que parezcan, a sentirnos grandes SIEMPRE y bajo cualquier circunstancia.
Así que sí, mi Erasmus sé que fue diferente. Fue el mejor que se puede tener.


Y es que así ha sido. Así he vivido los últimos 366 días. Sin embargo, nuestro final exeteriano estuvo marcado por el Rosco de Pasapalabra, y cómo no, yo también quiero darle fin a este año con mi Rosco particular.

A
Realmente has sido parte del Erasmus. Curioso ¿verdad? Quien me iba a decir que llegaría a hacer ciertas cosas. Aunque ha habido momentos en los que me he arrepentido de aquel arrebato que me dio, con el tiempo he de agradecerte que me llevaras a ello. Me sirvió para crecer y solo por eso, mereció la pena. A pesar de los malos momentos, y aunque no sé realmente si te lo mereces, te he tenido, te tengo y siempre te tendré muchísimo cariño (más del que crees).

B
Con todo lo que yo te he querido durante tantos años, es curioso que ahora nuestra relación sea de amor-odio. Cada vez que nos volvemos a encontrar me vuelves a enamorar como la primera vez pero hoy por hoy también has hecho que tenga asociaciones negativas hacia ti. De todos modos, sé que nos volveremos a encontrar en el camino y espero que volvamos a tener solo esa relación de amor.

C
Apareciste tarde en este Erasmus pero el momento no podía haber sido más oportuno. Junto a ti he sido yo, con mis virtudes y mis fallos, sin miedo a ser juzgada. He pasado por todos los estado de ánimo posibles: reír y llorar, enfadarme y desenfadarme, picarme, picarte. Hacía meses que no me sentía así. Por eso, por la paciencia que has tenido, por el cariño que me has transmitido y por una larga lista de cosas, te estaré eternamente agradecida.

D
La verdad no recuerdo el momento exacto en el que apareciste (tengo memoria pero hay veces que se me olvidan las cosas :p). No puedo más que agradecerte las noches que soportaste escuchando mis cosas y el abrazo que me diste aquella tarde de mayo al despedirnos.

E
Porque sé que gracias a ti he vivido algo que poca, muy poca gente vive en algún momento de su vida. Porque solo por ti ha merecido la pena el largo recorrido hasta llegar a ese punto.

F

G
Por acogerme como una más en tu casa, por haber estado ahí incluso cuando he querido alejarte, por haberme entendido a pesar de mis malas actuaciones, por haber recogido mis pedacitos SIEMPRE, porque no podría entender esta experiencia sin ti, pero más importante, porque mi vida no estaría llena sin alguien como tú en ella. You make me feel good,. you make me feel safe, you make me feel like I could live another day.

H

I
Me alegra enormemente ser parte del cambio de la vida de alguien. Aunque sea en una ínfima parte. Creo que este año has aprendido a seguir hacia adelante a pesar de las adversidades. Solo por eso deberías estar orgullosa de tu año.

J
Porque la mejor forma de definir lo que eres para mí es decirte que practicamente eres el hermano pequeño que nunca tuve. Porque contigo he hecho alguna que otra pifia pero también me he pasado horas y horas de charla.

K
Porque si un Erasmus puede ser completo, se pone la guinda cuando nace tu sobri.

L
Ser del norte es lo que tiene: podemos parecer muy frías al principio. Sin embargo, cuando se nos conoce se entienden las mínimas muestras de cariño y afecto que damos ;). Pero siempre, siempre, siempre has tenido muestras de cariño hacia mí.

M
Aiiixxxxxx. La de veces que me habré arrepentido de no haber jugado sucio aquella noche. Es lo que tiene ser racional. De todos modos, recuerdo aquella noche con cariño; una noche en la que ambos necesitábamos alguien con quien hablar más de lo que la gente pensaba. A pesar de todos los pesares, te tengo cariño aunque no te perdonaré que no te despidieras de mí.

N

Ñ

O
No se me ocurre mejor operación que esta.

P
Siempre he pensado que el finde de marzo fue definitivo para conocernos. Por ello, no me arrepiento de no haber viajado. Porque ya sabes que para lo que sea estoy a un mensaje (las cargas si se comparten pesan menos ;)).

Q

R
Nos juntamos por casualidad pero nunca dudé de que era el lugar en el que quería estar. Siempre hemos sido una piña (¡shon piñash!) y no me cabe la menor duda de que así seguirá siendo para el resto de los días.

S
Quién me iba a decir que te cogería cariño. Recuerdo que hasta el viaje a Edinburgo ni sabía quién eras. Lo que cambian las cosas. Lo gracioso es que conociste mi faceta más 'salida' por decirlo de alguna manera y aun y todo no saliste corriendo :p. Si es que en realidad eres un pandita adorable :3.

T
Uno de los grandes misterios del Erasmus. Sin saber cómo te hiciste un hueco en mi vida. Gracias a ti he aprendido que hay otras formas de vida, que uno tiene que mirar por sí mismo. Por haberme sacado de mis "crisis" personales y no personales, por haberme dado aquel abrazo que casi me parte en dos nada más conocernos y por haberme hecho un hueco en tu vida, te ganas este espacio aquí.

U
Sabía que te adoraba ya antes de conocerte pero no pensaba que iba a enamorarme tanto de ti. Siempre has tenido un hueco en mi vida pero es que has llegado a dejar huella en mi. Espero que nos volvamos a ver pronto.

V
Creo que has sido el más fiel de mis noches exeterianas. Nunca fallabas y casi siempre me dabas lo que necesitaba en cada momento.

W
Porque es la mejor forma de describir los últimos 366 días. Ni soñando hubiera sido tan completo el año.

X
Porque el lugar no importa sino que es la gente la que hace que todo fluya, pero en este caso, te has ganado un lugar especial. Siempre te recordaré con una sonrisa.

Y
Porque creo que entre todos hemos conseguido que tus lágrimas de tristeza se hayan convertido en lágrimas de alegría. Porque no puedes ser más adorable incluso enfadada. Porque te has hecho un huequito en mí.

Z
Porque este año, más que nunca, hemos estado peleados tú y yo pero espero que poco a poco vayamos entendiéndonos por mi bien. Porque en el fondo, estoy a tus pies.


Gracias a todos los que de una forma u otra han formado parte de este año.




2012/05/24

Era uno de esos días cuasi perfectos en los que apenas nada había fallado. De esos en los que al final del día, miras hacia atrás y dices 'hoy ha merecido la pena'. 

Sin embargo, la noche es muy traicionera y como muchas veces le pasaba, la nostalgia y el remordimiento se apoderaban de su cuerpo. Reflexionó acerca de su vida y en ese momento fue consciente de que esta, sin haberse dado cuenta, se había ido consumiendo cual colilla de un cigarro. En ese momento se dio cuenta de todo lo que había dejado por el camino: aquella vitalidad que la embargaba cuando era más joven había desaparecido, todos aquellos que la rodeaban se habían alejado de ella y sus sueños, o los que en algún momento habían sido sueños, se habían llegado a convertir en pesadillas que no la dejaban respirar.

Y así, aquel día que en un principio parecía cuasi perfecto, terminó bañado en un mar de lágrimas como ya le pasaba desde hacía muchas lunas.