No sé porqué ambos nos empeñamos en vernos como lo que no eramos. Creíamos que éramos lo más importante el uno en la vida del otro y, sin embargo, ni siquiera teníamos ese interés que te lleva a compartir momentos de tu día a día con esa otra persona que ocupa tu tiempo. Parece que quisimos dilatar esa situación que desde un principio estaba abocada al fracaso, pero el afán por querer seguir luchando contracorriente hizo que nuestro desgaste fuese en aumento hasta el punto de herirnos los huesos.
Y es que, aunque me cueste afrontarlo, te fuiste antes de llegar; te perdí antes de tenerte. Porque jamás fuimos el uno del otro. Porque nunca miramos en la misma dirección. Porque en los ojos del otro, no veíamos más que el reflejo de lo que podríamos haber sido o, más bien, de lo que nos hubiera gustado llegar a ser. Nos engañamos en exceso durante mucho tiempo y ahora llega el momento de quitarnos la venda de los ojos y seguir, cada uno, su camino.
3 comentarios:
Son palabras bastante fuertes :S
No por ello menos reales. Todos nos hemos sentido así en algún momento de nuestra vida.
Si.. si ya lo sé, por eso lo he dicho.
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